🌿 El lápiz de las dríades 🐦✨️

Dicen que, cuando el viejo árbol que habitan se muera, ellas morirán con él . Que las dríades -las hermosas ninfas que pueblan cada rincón entre todas las hojas del mundo... entre raíces, ramas y flores- en sus manitas solo tienen el tiempo con el que cuenta el árbol al que están unidas . La tarde que las vi por primera vez , una de esas tardes luminosas y tibias de principios de febrero en las que la vida se afana por renacer con tanta fuerza que es imposible que, sobre la tierra, haya alguna criatura -por anciana o niña que sea- que no perciba esa lucha, que no se estremezca ante ese grito mudo. John William Waterhouse,  Hamadríade  (1895) Que no alce los ojos al cielo y suspire de alivio: - Ya se van -se oirá decir a todos los ojos, muy bajito, casi con miedo-: las sombras, todas las sombras se van ya ... Esa tarde -decía-, las dríades me hicieron un regalo:  el precioso lápiz que unos duendes elaboraron para mí , siglos atrás , con madera de espino blanco y unas poqu...

Pintor de sombras (V)

Caravaggio, "San Francisco en oración" (1604)

Le abriría la Porta del Popolo una Roma soberbia: capital de la cultura y el arte de la época, la ciudad de los papas era el centro de esa cristiandad que, en lugar de haberse achicado ante las embestidas de una Reforma Protestante que tantos dolores de cabeza le estaban ocasionando, lo que había hecho era hacerse más grande, más rica, más poderosa y más bonita... eso siempre, eso también.

Anónimo, Sixto V
A la petición de Sixto V de que todos los artistas de la península itálica vinieran a Roma -para prestarle ayuda en la peculiar lucha en la que se hallaba enfrascado frente a los luteranos-, serían muchos, muchos, los que acudieran: y nuestro joven de Caravaggio no iba a ser menos.

Ya ha andado su camino. Ya se ha parado, quién sabe, en Parma, en Viterbo, en Florencia... Ya está aquí: cargado de ilusión y de ambiciones. Y de unas pocas obras que eran suyas y que, esperaba, tuvieran la buena acogida entre los romanos que habían tenido entre los lombardos y su protectora familia Colonna: pero bien poco tardaría en desengañarse, que en Roma eso del realismo no le importaba a nadie. La moda era la maniera: la imitación de los viejos maestros Rafael o Miguel Ángel. Lo nuevo no parecía tener cabida aquí... de modo que, aunque fuera por un tiempo -y porque, qué remedio, no se iba a morir de hambre-, Caravaggio pintaría lo que los ojos romanos querían ver pintado.

Lionello Spada, "Regreso del hijo pródigo"
Lionello Spada, Regreso
del hijo pródigo
Fue entonces, mientras malvivía en su ansiada ciudad a la espera de un encargo, cuando un hombre se fijó en él: era un pintor siciliano -Lorenzi se llamaba- y tenía un estudio en el que, al entrar, Michelangelo se reencontró con muchos de sus viejos compañeros de Bérgamo.

Haría amistades, entre la pintura y las juergas, y algunas -como la de Lionello Spada- le durarían hasta la muerte...

✏️ Imagen de cabecera: Caravaggio, San Francisco en oración (1604)

Este relato apareció publicado, por primera vez, el día 19 de julio de 2012 en el blog Cuentos de Brocelianda

"Beato de Fernando I y doña Sancha" (BNE Vitr/14/2). Detalle
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✨️ Lola ✨️

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