🌿 El lápiz de las dríades 🐦✨️

Dicen que, cuando el viejo árbol que habitan se muera, ellas morirán con él . Que las dríades -las hermosas ninfas que pueblan cada rincón entre todas las hojas del mundo... entre raíces, ramas y flores- en sus manitas solo tienen el tiempo con el que cuenta el árbol al que están unidas . La tarde que las vi por primera vez , una de esas tardes luminosas y tibias de principios de febrero en las que la vida se afana por renacer con tanta fuerza que es imposible que, sobre la tierra, haya alguna criatura -por anciana o niña que sea- que no perciba esa lucha, que no se estremezca ante ese grito mudo. John William Waterhouse,  Hamadríade  (1895) Que no alce los ojos al cielo y suspire de alivio: - Ya se van -se oirá decir a todos los ojos, muy bajito, casi con miedo-: las sombras, todas las sombras se van ya ... Esa tarde -decía-, las dríades me hicieron un regalo:  el precioso lápiz que unos duendes elaboraron para mí , siglos atrás , con madera de espino blanco y unas poqu...

10. Del azul del cielo y los secretos alquímicos 🦋

Vasili Kandinski, "Cielo azul" (1940)

Cuanto más azul se ve del cielo, más enfadado se pone Titus B.

Y hoy, desde esta parte del camino -en la que apenas si nos rozan las ramas de unos pocos arbustos que no me llegan ni a la cintura-, se ve mucho azulY muy azul. 🤦🏻‍♀️

De modo que se ha parado. No quiere seguir andando mientras se vea el cielo, me dice.

No va a seguir andando.

Y me mira al compás que enarca una ceja. Solo una: la derecha. La izquierda la deja quieta. Imagina cómo lo hace, trata de imaginártelo porque es muy gracioso. Y me entran muchas ganas de reírme -delante de él, ¡madre mía!- de la cara que se le pone. Pero me aguanto porque se va a enfadar más. 🤭 Y a lo mejor hasta se va. Que sí. Que tú no lo conoces. Que Titus B. es el ser más susceptible que puedas encontrarte en este mundo.

El libro lo tiene abierto. Pero ahora no escribe. Me va a leer. Si es que es muy gracioso. Me va a leer. Date por enterada, mujercita, que esto que voy a leer va por ti. No te creas que va por el monstruo de San Borondón.

¡Ay de mí! -me digo sin decirlo-. ¡Qué duende!

En fin, que escucho lo que sea que me quiera leer esta tarde. Algo escrito en el siglo XIII por el alquimista Artefius. Y lo hago en silencio. Que, cuanto más brilla el sol, más azul se pinta el cielo y más enfadado se pone él, metido ahí en su cuerpecillo diminuto... 

«¿Acaso no se sabe que el nuestro es un arte cabalístico? Con esto quiero decir que se revela solo de palabra y que está lleno de secretos.

Pero tú, pobre insensato (aquí es donde CLARAMENTE entra la referencia a mi persona 😅)¿serás lo bastante necio como para creer que nosotros revelamos clara y abiertamente el más grande y más trascendental de todos los secretos, de forma que pudieras tomar nuestras palabras al pie de la letra? Te aseguro en verdad –pues no soy tan celoso como los otros filósofos– que aquel que quiera interpretar de acuerdo con el significado ordinario de las palabras lo que han escrito los otros filósofosse perderá en los pasadizos de un laberinto del que nunca podrá salir, pues le faltará el hilo de Ariadna para orientarse y hallar el camino...».

✏️ Imagen de cabecera: Vasili Kandinski, Cielo azul (1940) 🌿✨️✨️

Este relato apareció publicado, por primera vez, el día 4 de octubre de 2012 en mi viejo blog: Cuentos de Brocelianda

"Beato de Fernando I y doña Sancha" (BNE Vitr/14/2). Detalle
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✨️ Lola ✨️

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