El bosque esta noche ya no es bosque, sino páramo. El aleteo de los libros volantes traspasa el aire frío del último tramo del invierno. Titus B. está dormido. Duerme desde hace quince amaneceres y no quiere despertar.
No quiere.
Hasta que llegue la primavera y Brocelianda se cubra con su mejor manto de flores.
No quiere.
Y yo lo miro y lo dejo así, hecho una bolita de algodón que se acurruca en el hueco abierto a los pies de un almendro mágico. Lo dejo así, cierro los ojos de nuevo y trato de dormir también.
Hasta la primavera…
✏️ Imagen de cabecera: autor ¿desconocido? 🤔
Este relato apareció publicado, por primera vez, el día 25 de febrero de 2014 en el blog Cuentos de Brocelianda
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